Los colgajos e injertos cutáneos son métodos de reparación de la pérdida de parte de la piel que puede presentarse de manera accidental o por razones quirúrgicas que ameritaron su resección.
En estas entidades clínicas, se presenta edema e isquemia (disminución del aporte de sangre arterial a los tejidos). La principal función de la Oxigenación Hiperbárica en estos casos es la de oxigenar los tejidos cuando la perfusión no es adecuada produciendo hipoxia tisular. En los implantes se emplea la Oxigenación Hiperbárica con la finalidad de disminuir el edema y la congestión vascular.
La mayoría de injertos y colgajos cutáneos llegan a integrarse sin necesidad de Oxigenación Hiperbárica como tratamiento coadyuvante, pero en el tejido isquémico el Oxígeno Hiperbárico aumenta la probabilidad de que esto ocurra.
En el paciente comprometido en el que ya han fallado injertos previos, se puede conseguir la integración del injerto empleando la Oxigenación Hiperbárica en el período preoperatorio hasta conseguir un tejido de granulación adecuado para injertar después del injerto hasta obtener signos de viabilidad del mismo.
Casos Clínicos:
Es una enfermedad causada por la disminución de la presión ambiental de manera inadecuada y se debe a la acumulación de burbujas de nitrógeno en los tejidos, que siendo un gas inerte (no reactivo), al disminuir la presión sobre él, se expande a manera de burbujas que van a todos los tejidos que desemboca en un fenómeno de embolismo gaseoso multifocal ocasionando diversas sintomatologías y también diversos daños a los mismos.
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Las úlceras o heridas crónicas, son lesiones con retardo de la cicatrización que no han logrado la curación completa después de transcurridas 6 semanas de tratamiento. Generalmente están asociadas a trastornos endocrinos, vasculares o neurológicos.
Las heridas con retardo de cicatrización o heridas crónicas, son muy frecuentes y representan un reto para el médico. El objetivo del tratamiento, hace algunos años atrás, consistía en proteger la herida del contacto con el exterior y esperar a la recuperación natural de los tejidos. En la actualidad, se dispone de diversos recursos para acelerar esos procesos incluyendo normalizar de las condiciones que originaron la falta de cicatrización y proporcionar un ambiente local idóneo para la misma.
Considerando entonces que uno de los factores más importantes en su retardo es la hipoxia, ocasionada a nivel de la lesión por diversos motivos, entenderemos el papel fundamental de la oxigenación hiperbárica en el proceso de cicatrización de estas heridas crónicas permitiendo que sea más rápido y menos costoso.
La terapia de oxigenación hiperbárica administrada en una o dos sesiones diarias, de 60 a 90 minutos de duración y a presiones de 2 a 2.5 ATA, para un total de diez o más sesiones, definida según el cuadro inicial y la mejoría individual, ha demostrado ser indispensable para el tratamiento de las heridas crónicas.
Es evidente que la oxigenación hiperbárica es una de las herramientas de las que dispone el médico tratante, sin olvidar que debe intervenir un equipo multidisciplinario cuyas especialidades y competencias dependerán de las patologías asociadas al problema.
Caso Clínico:
Ulcera crónica en dorso de pie, originada por veneno de raya